Ninguna vocación pudo
explicar el silencio crujiente
cuando los hacedores
de la vida
quebrantaban sus
hilos
antes de flagelarse.
Discretas las cortinas
nunca recordarían la
terquedad sedienta
de su vocabulario.
Silabas afiladas,
rezos, sermones
llagas,
registro de la
ciénaga desde donde partimos
al empedrado
infierno.
Nenhuma vocação pôde explicar o
silêncio rangente
quando os fazedores da vida
quebravam os seus fios
antes de se flagelar. Discretas
cortinas
nunca se lembrariam da teimosia
sedenta
do seu vocabulário. Sílabas
afiadas,
rezas, sermões
chagas,
registo do pântano de onde
partimos
para o inferno de pedra.