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16 dezembro 2022

roxana méndez

 

Las bañistas


En el gélido vaso de cerveza

toqué el sol con los dedos

ese día que hicimos retroceder el mar.

No sé cómo lo hicimos, pero lo hicimos.

Una escolta de 900 músicos

sonaba sus trompetas y sus trombones

mientras nos deslizamos

por la marisma, pateando los cangrejos,

y gritando los nombres

de todos aquellos a quienes odiamos

y quienes nos odiaron,

y dando puñetazos a la silueta

que recreaba el aire maligno,

escupiendo como hienas rubicundas

las sombras donde asomaban

las cabezas de aquellos

que nos negaron la misericordia

y la noche de paz,

y así fuimos felices aquel día,

y lo somos ahora.

Nuestros trajes de baño indestructibles,

como cestas con estrellas de mar,

nos mantienen perfectas

y dulces, y bastante felices también.

Y aunque no olemos a esencias de baño

y nuestros cabellos enredados

son casi todo arena,

lo único que nos importa es la colina

y la luna sobre las aguas

y nuestros gritos que imitan

el grito de la grulla.

Aprendimos a disolver

nuestros relucientes apellidos

como pastillas de menta

en la boca, antes de escupirlos.

Siempre será algo emocionante

tenderse en la oscuridad

para inventar el mundo.




As banhistas


No gelado copo de cerveja

toquei o sol com os dedos

nesse dia, fizemos retroceder o mar.

Não sei como fizemos, mas fizemos.

Uma escolta de 900 músicos

soava os seus trombetas e os seus trombones

enquanto deslizamos

pelo pântano, pontapeando os caranguejos,

e gritando os nomes

de todos aqueles a quem odiamos

e aqueles que nos odiaram,

e dando murros à silhueta

que recriava o ar maligno,

cuspindo como hienas rosadas

as sombras onde apareciam

as cabeças daqueles

que nos negaram a misericórdia

e a noite de paz,

e assim fomos felizes nesse dia,

e assim somos agora.

Os nossos fatos de banho indestrutíveis,

como cestos com estrelas do mar,

mantêm-nos perfeitas

e doces, e bastante felizes também.

E embora não cheiremos a essências de banho

e os nossos cabelos emaranhados

sejam quase todos areia,

a única coisa que importa é a colina

e a lua sobre as águas

e os nossos gritos que imitam

o grito da garça.

Aprendemos a dissolver

os nossos reluzentes apelidos

como pastilhas de menta

na boca, antes de as cuspir.

Sempre será qualquer coisa de emocionante

estender-se na escuridão

para inventar o mundo.