Mostrar mensagens com a etiqueta remei gonzález manzanero. Mostrar todas as mensagens
Mostrar mensagens com a etiqueta remei gonzález manzanero. Mostrar todas as mensagens

12 julho 2023

remei gonzález manzanero


Desarraigos: canto al barrio
Para mi hermano mediano Miguel,
el que está en medio y también el Siddharta que busca
 
Posee el cemento un silencio que no sé explicarte.
 
Un día soñé con el arraigo en este barrio,
fue antes de que las avenidas se llenasen
de cementos uniformes y árboles mustios en los rincones.
 
Hoy las aceras son medianamente más anchas,
pero el espacio que habito no cabe en ellas,
no sé si es que no absorbo bien las grasas
o es el desarraigo un parásito benigno alojado en los estómagos
con el que compartimos los procesos de la digestión más pesada,
la de la vida.
 
Quizá el arraigo sea esta falta de realidad en mis calles no calles,
este lugar hecho de vahos antiguos
en la retaguardia de lo nuevo,
quizá pertenencia sea asumir este rehacerse de las baldosas
en alzamiento por el viento,
turbulencia de unas alas claustrofóbicas
sin espacio donde desplegarse
que aprendieron el vuelo en otra parte.
 
Gran parte del arraigo se hospeda en los pequeños apegos
al desarraigo,
desdeñar el mar, pero pretender al río,
saberse del agua de la gran urbe,
desenvolverse más allá de la monotonía de ciudades cercanas
deambular como urbanita que desconoce el color de las vacas
y la vibración de las estrellas en la noche
pero reconoce en los pasos del cemento los ritmos de lo sagrado.
 
Esta ciudad hecha de tanta realidad flotante
que no sé explicarte y no tener mejor que hacer
que desvanecerse otro rato.
 
 
 
 
Desenraizamentos: canto ao bairro
Ao meu irmão do meio, Miguel,
o que está no meio e também o Siddhartha em procura
 
Possui o cimento um silêncio que não te sei explicar.
 
Um dia sonhei com o enraizamento neste bairro,
foi antes das avenidas se encherem
de cimentos uniformes e de árvores murchas nos cantos.
Hoje as passeios são medianamente mais amplos,
mas o espaço que habito não cabe nelas,
não sei se é por não absorver bem as gorduras
ou se se trata do desenraizamento um parasita benigno alojado nos estômagos
com o qual partilhamos os processos da digestão mais pesada,
a da vida.
 
Talvez o enraizamento seja esta falta de realidade nas minhas ruas não ruas,
este lugar feito de vapores antigos
na retaguarda do novo,
talvez pertencer seja assumir este refazer dos azulejos
no alçar do vento,
turbulência de umas asas claustrofóbicas
sem espaço onde desdobrar
que aprenderam o voo noutro lugar.
 
Grande parte do enraizamento hospedado nos pequenos apegos
ao desenraizamento,
desdenhar o mar, mas pretender o rio,
conhecer a água da grande urbe,
desenvolver-se para lá da monotonia de cidades próximas
deambular como cosmopolita que desconhece a cor das vacas
e a vibração das estrelas à noite
mas reconhece nos passos do cimento os ritmos do sagrado.
 
Esta cidade feita de tanta realidade flutuante
que não te sei explicar e não ter melhor para fazer
que desvanecer mais um pouco.