Nunca fui tan hermosa
como a los cuarenta
cuando el mundo
comenzó a apagarse
como si alguien
hubiera dictado
el final de una
fiesta.
Ah, qué precioso es
el fin de las cosas,
todo el cuerpo
extendido hacia el disfrute
de los últimos
instantes.
Es
como el final del
deseo,
ese momento en que
no importa
si sos vos
o no sos,
sólo sucede estar
allí,
en un cuerpo
habitando la cueva
de la sangre,
el corazón
en un pulso feroz
latiendo,
latiendo.
Un animal
irguiéndose en sus
pies
es siempre
majestuoso.
Nunca
fui tão linda
como
aos quarenta
quando
o mundo se começou a apagar
como
se alguém tivesse sentenciado
o
fim de uma festa.
Ah,
quão precioso é o fim das coisas
o
corpo todo estendido para a fruição
dos
últimos instantes.
É
como
o fim do desejo
nessa
altura não importa
se
és tu
ou
não,
a
única coisa é estar ali,
num
corpo
habitando
a cova do sangue,
o
coração
em
impulso feroz, latindo,
latindo.
Um
animal
erguendo-se
nos seus
pés
é
sempre majestoso.