La ciudad nos enclava, húmeda
como una cripta, densa.
Andando sobre la oscuridad
hemos llegado,
andando la noche
hasta tocarla.
Aquí es donde se inicia el viento
en donde el frío reafirma
la verdad del silencio.
No hay luz,
la claridad no existe.
El sol no es más que un cántaro.
Ya no se puede mirarte.
A cidade encrava-nos, húmida
como uma cripta, densa.
Andando sobre a escuridão
chegámos,
caminhando a noite
até a tocar.
Aqui é que o vento se inicia
onde o frio reafirma
a verdade do silêncio.
Não há luz,
a claridade não existe.
O sol não é mais que um cântaro.
Já não se pode olhar para ti.