La milagrosa
Tu hijo, acaso trapecista, camina hasta ti por el
ombligo traspasando la bruma que eres.
Guiado por un seno de leche que no mana,
¿qué le darás entonces? ¿El gusano que se
enrosca en su garganta como un mal augurio,
y enturbia sus ojos de semilla? Di, Amelia,
¿qué sientes cuando él intenta abrir las manos
recién nacidas, y como un dedo atravesado en
el bostezo, se frustra el gesto por la piedra?
¿Tu corazón no se abre de ganas? ¿De dolor
por la leche, el aire que el sollozo pide. Sí, se
abre. Se abre tanto que al final estalla. Y
mujeres. No una, ni dos. Setenta veces siete.
A milagrosa
O teu filho, talvez trapezista, vai para ti pelo
umbigo trespassando a bruma que és.
Guiado por um seio de leite que não jorra,
Que lhe darás então? O verme que se
enrosca na sua garganta como mau augúrio,
e turva os seus olhos de semente? Diz, Amélia,
O que sentes quando ele tenta abrir as mãos
recém-nascidas, e como um dedo atravessado em
bocejo, se frustra o gesto pela pedra?
O teu coração não abre as pulsões? De dor
pelo leite, o ar que o soluço pede. Sim,
abre-se. Abre tanto que no fim explode. E
mulheres. Não uma, nem duas. Setenta vezes sete.