II
Un
campo bajo los pies de una niña que nombra el detalle: el frío, las
migas de pan, la liebre, las flores en un vestido y la muerte.
Alguien,
tal vez la mujer, se hace calor en el entramado de las palabras: como
el aquel pájaro que alimenta, como la voz poética de Gabriela, que
aterriza suavidad, y ruje.
Um
campo debaixo dos pés de uma criança que nomeia o detalhe: o frio,
as migalhas de pão, as flores num vestido e a morte.
Alguém,
talvez a mulher, torna-se calor no arsenal das palavras: como aquele
pássaro que alimenta, como a voz poética de Gabriela, que aterra
suavidade e ruge.
***
Bombones
que
van sobre papelitos
Veo
a mi hermano en la puerta. Tiene cuadernos. No voy a la escuela
todavía, digo. No sabemos leer, dice mi hermana. No importa, dice mi
tía. Nos pone los pulóveres celestes que tejió mamá. Hoy los tres
van a la escuela, dice. Sus movimientos son rápidos. Tiene la ropa
arrugada y húmeda. Las otras hermanas de mi mamá están por el
pasillo. Puedo escuchar cómo se silencian. Los maridos de las
hermanas de mi mamá están en la cocina. Fuman cigarrillos armados.
Bombons
em celofane
Vejo
o meu irmão na porta. Está com cadernos. Ainda não vou à escola,
digo. Não sabemos ler, diz a minha irmã. Não importa, diz a minha
tia. Põem-nos os pulôveres celestes que a mamã teceu. Hoje os três
vão à escola, diz. Os seus movimentos são rápidos. Tem a roupa
enrugada e húmida. As outras irmãs da minha mamã andam pelo
corredor. Consigo escutar como se silenciam. Os maridos das irmãs da
minha mamã estão na cozinha. Fumam cigarros armados.
*
Mi
cuarto es Siberia y a la noche tengo los pies helados. Cuando reparto
los huevos me guardo algunas monedas adentro de las medias. Después
le pago a los más chicos para que duerman conmigo. Otras veces me
compro caramelos y los como a escondidas. Tiro los papeles al fuego.
Una vez también tiré una figurita con brillantina que me regaló mi
hermano. Se la dio una señora divorciada que él visita a la tarde.
Mi hermano dice que la señora siempre pide que le saque los zapatos
y le haga masajes.
O
meu quarto é a Sibéria e à noite tenho os pés gelados. Quando
distribuo os ovos guardo algumas moedas dentro da meias. Depois pago
aos mais rapazes para dormirem comigo. Outras vezes compro caramelos e
como-os às escondidas. Atiro os invólucros ao lume. Uma vez também
atirei uma figurinha com brilhantina que o meu irmão me ofereceu.
Foi-lhe dada por uma senhora que ele visita à tarde. O meu irmão
diz que a senhora lhe pede sempre que lhe tire os sapatos e lhe faça
massagens.