Con una cuchilla que desechó mi padre,
me afeité las piernas por primera vez.
A escondidas de todos,
como las cosas imborrables en la infancia de alguien.
Me afeité con la certeza de una cercana adultez,
encerrada en el baño,
bajo la excusa de un vulgar dolor de barriga.
Del tobillo al muslo,
unida a la suavidad con que mi madre
se afeitaba los sábados en la mañana,
a la vista de todos en el patio,
Del tobillo al muslo,
desdeñando los pelos largos y negros,
casi masculinos,
en la blancura de una piel de once años.
Del tobillo al muslo,
en un acto desvirgador,
consciente de que hasta con una cuchilla oxidada,
en esta vida puedo amputar
todo lo que me molesta
barbeei as pernas pela primeira vez.
Às escondidas de todos,
como as coisas inapagáveis da infância de alguém.
Barbeei-me com a certeza de estar a chegar a adulta,
fechada na casa de banho,
com a desculpa de uma vulgar dor de barriga.
Do tornozelo à coxa,
unida à suavidade com que a minha mãe
se barbeava aos sábados de manhã,
à vista de todos no pátio,
Do tornozelo à coxa,
desdenhando os cabelos longos e negros,
quase masculinos,
na brancura de uma pele de onze anos.
Do tornozelo à coxa,
num ato de desvirginamento,
consciente de que, mesmo com uma lâmina enferrujada,
nesta vida posso amputar
tudo o que me incomoda
