II
En el rumor de la sangre
encuentro cicatrices,
insectos, arena.
Recuerdos de una nevada
que invento,
porque cuando tirito
se me dislocan las clavículas.
Es así, rota, como me reconozco.
Tengo cuatro años y nadie me busca.
Me he escondido debajo de la cama
para hacerme daño
contra un somier de muelles.
Es la primera vez y el lenguaje no llega.
No hay caricia para el consuelo.
Ahora que he crecido y estoy seca,
que aquí dentro sólo hay termitas,
miro mis manos de niña.
Diez orugas ciegas
quieren ser dedos.
Esa mujer extraña es mi madre.
II
No rumor do sangue
encontro cicatrizes,
insetos, areia.
Memórias de um nevão
que invento,
porque quando tirito
deslocam-se as minhas clavículas.
É assim, quebrada, que me reconheço.
Tenho quatro anos e ninguém me procura.
Escondi-me debaixo da cama
para me magoar
contra um sommier de molas.
É a primeira vez e a linguagem não chega.
Não há carícia para o consolo.
Agora que cresci e estou seca,
que aqui dentro só há térmitas,
olho para as minhas mãos de menina.
Dez lagartas às cegas
querem ser dedos.
Aquela mulher estranha é a minha mãe.