19 fevereiro 2022

maría helena giraldo gonzález

 

Las axilas de la noche

Estos huesos petrificados son la raíz de todos los caminos. Allí nace la hierba, las axilas de la noche y el día. El pubis del inicio de los tiempos. La dentadura de la nube que se desplaza en su rigor de nube.

El mediodía de la luz está en estos huesos milenarios que son míos.

Mi memoria de fósil está en todo. En el alcaraván que vuela, y no se pregunta por las horas.

Soy todas las versiones del hombre en miniatura. Del réptil repugnante que se arrastra por la tierra. Del depredador que se alimenta de su presa. Del ave Fénix, de la fe en la que creo y existo. Todos los dioses y demonios en estos huesos petrificados, raíz de todos los caminos.

Soy todas versiones del hombre en miniatura. Un árbol solitario que caerá algún día.

La noche con sus largas melenas me invita a alimentarme de su aliento, de los hombres muertos y sus tumbas, de sus caminos truncados o salvados, de los ángeles caídos, de los paraísos perdidos.

El día me augura un espléndido sol para el camino, la brevedad de la luz. Lumbre en la noche con todos sus hallazgos y extravíos.

Hambrienta, en esta brevedad del instante, hago hostias con las hojas de los árboles.


 

As axilas da noite

Estes ossos petrificados são a raiz de todos os caminhos. Ali nasce a erva, as axilas da noite e do dia. A púbis do início dos tempos. A dentição da nuvem que se desloca no seu rigor de nuvem.

O meio-dia da luz está nestes ossos milenares que são meus.

Minha memória de fóssil está em tudo. No alcaravão que voa, e não se pergunta pelas horas.

Sou todas as versões do homem em miniatura. Do réptil repugnante que se arrasta pela terra. Do predador que se alimenta de sua presa. Da ave Fénix, da fé na qual eu acredito e existo. Todos os deuses e demónios nestes ossos petrificados, raiz de todos os caminhos.

Sou todas versões do homem em miniatura. Uma árvore solitária que algum dia cairá.

A noite com suas longas jubas convida-me a alimentar-me do seu alento, dos homens mortos e das suas tumbas, dos seus caminhos truncados ou salvos, dos anjos caídos, dos paraísos perdidos.

O dia augura-me um esplêndido sol para o caminho, a brevidade da luz. Lume na noite com todos os seus achados e extravios.

Faminta, nesta brevidade do instante, faço hóstias com as folhas das árvores.