18 fevereiro 2022

alexandra espinosa


No estoy llorando porque esto sea lo suficientemente importante para mí, estoy llorando porque no lo es

Estoy llorando porque quiero formar parte de un club llamado “inútiles aficionados a todos los campos deportivos iluminados en la noche y vistos desde cualquier vehículo en movimiento”.

Estoy llorando porque quiero ser aceptada en este club, porque quiero hacer parte de algo pequeño y honesto, porque creo que como ser humano merezco un espacio singular y especifico en el cual pueda mirar al frente y sonreír sin decir nada.

Estoy llorando porque los clasificados en internet no anuncian ningún club deportivo que no se dedique en lo absoluto al deporte, sino solamente a la contemplación. Mis ojos se hinchan y mi cara se pone muy pálida como si tuviese frío y no hubiera alrededor de mí ninguna cosa viva a la que pudiera acercarme para mantenerme a salvo.

Estoy llorando porque siento que puedo hacerlo, que tengo el derecho, que no tengo otra oportunidad fuera de mí, que soy la única razón por la que estoy aquí, y que no estoy sola, que jamás estaré tan sola como creía, como pensaba, que jamás estaré fuera de nadie.

Estoy llorando porque la música que suena en la línea de emergencia no es tan conmovedora como pensé que sería.

 

Não choro por isto ser suficientemente importante para mim, choro porque não o é

Choro porque quero fazer parte de um clube chamado "inúteis adeptos de todos os campos desportivos iluminados à noite e vistos de qualquer veículo em movimento".

Choro porque quero ser aceita neste clube, porque quero fazer parte de algo pequeno e honesto, porque acredito que como ser humano mereço um espaço singular e específico no qual possa olhar para a frente e sorrir sem dizer nada.

Choro porque os classificados na Internet não anunciam nenhum clube desportivo que não se dedique ao desporto, mas apenas à contemplação. Os meus olhos incham e a minha cara fica muito pálida como se tivesse frio e não houvesse nada vivo à minha volta a que me pudesse aproximar para me manter a salvo.

Choro porque sinto que posso fazê-lo, que tenho direito, que não tenho outra oportunidade fora de mim, que sou a única razão pela qual estou aqui, e que não estou sozinha, que jamais estarei tão só como acreditava, como pensava, que jamais estarei fora de ninguém.

Estou a chorar porque a música que toca na linha de emergência não é tão comovente como pensei que seria.