02 maio 2023

ana maría gazzolo

 
Hoy vi aparecer un animal en la boca de la cueva. Traía una fatiga antigua,
la cabeza mansa sobre un costado. Buscaba un refugio para
el invierno, o tal vez el descanso para los deberes de su especie. Se
detuvo a mirar hacia la oscuridad donde yo me encontraba, la
respiración suspendida, como perforando la sombra con la sombra.
Percibí el calor de su piel solitaria, el vaho que emanaba de su
aliento, el jadeo leve. El instinto lo mantuvo en la zona de
penumbra, calculando el peligro de hallar otro morador con quien
tener que disputar el dominio del refugio. Abatido y desconfiado
rehuía la pelea, y prefería vagar por los páramos sin hacer suya
ninguna madriguera. Lo vi alejarse con la opaca luz de la luna baja
sobre el lomo.

Desde el fondo de la cueva ansié el aliento, el jadeo, la espesa
bruma de los páramos.
 
 

Hoje vi aparecer um animal na boca da caverna. Trazia uma fadiga antiga,
a cabeça mansa sobre um dos lados. Procurava um refúgio para
o inverno, ou talvez o descanso para os deveres da sua espécie. O cujo
deteve-se a olhar para a escuridão onde me encontrava, de
respiração suspensa, como se perfurasse a sombra com a sombra.
Senti o calor da sua pele solitária, o vapor que emanava de sua
alento, ofegação leve. O instinto manteve-o na zona de
penumbra, calculando o perigo de encontrar outro morador com quem
ter que disputar o domínio do refúgio. Abatido e desconfiado
evitava a luta, e preferia vagar pelas charnecas sem fazer sua
nenhuma toca. Vi-o partir com a opaca luz da lua baixa
sobre o lombo.
 
Do fundo da caverna ansiei o fôlego, a respiração, a grossa
névoa das charnecas.