Era tan grande
aquella sed de blanco.
Ansiábamos el hielo
y sus destellos,
el deslumbre
punzante de la escarcha.
Bajo su resplandor,
fundar el mundo.
Soñábamos con ir
siempre más lejos,
con ser los primeros
en pisar esa nieve.
Una luz oblicua
alargó nuestras sombras
y extraviamos la
escala.
Nos creímos
gigantes.
Corrimos hacia el
brillo
de la única forma
en que sabemos
correr hacia las
cosas:
con una red pequeña
entre las manos
y un arpón
escondido en la garganta.
Agarramos el hielo
con nuestras manos tibias.
Lo agarramos
hasta que todo lo
que brillaba se deshizo.
Era
muito grande essa sede de branco.
Ansiávamos
o gelo e seus clarões,
o
deslumbre pungente da geada.
Sob
o seu esplendor, fundar o mundo.
Sonhávamos
ir sempre mais longe,
ser
os primeiros a pisar essa neve.
Uma
luz oblíqua alargou as nossas sombras
e
extraviamos a escala.
Acreditámos
ser gigantes.
Corremos
para o brilho
da
única maneira que sabemos
correr
até às coisas :
com
uma rede pequena entre as mãos
e um
arpão escondido na garganta.
Agarramos
o gelo com as nossas mãos tíbias.
Agarrámo-lo
até
que tudo o que brilhava se desfazer.