04 setembro 2019

annelyse simão


des poètes d’antan sommes-nous différents
quand une absence un silence imprévus
suscitent douleurs corporelles pincements
du cœur mieux vaut se taire et vider ridicule

aujourd’hui dans le bus le regard d’un vieillard
s’est penché aussi loin que la vitre permet
poursuivre la silhouette blanche élégante
d’une femme étonnante il a fui de la tête
quand il s’est vu regardé pour ce vif attrait
involontaire on a beau dire que ça fout l’camp

il est plaisir des yeux qui attache aussi fort
que plaisir de la bouche et de jambes mais halte
aux plaintes des humains caducs ils apitoient
nous refoulerons liaison servile


poetas de antanho seremos diferentes
quando uma ausência, um silêncio imprevisto
suscitam dores corporais estertores
do coração melhor, vale a pena calar e esvaziar o ridículo

hoje, no autocarro, o olhar de um velhote
pendurou-se quanto a janela permite
perseguir a elegante silhueta branca
de uma mulher espantosa, ele fugiu da cabeça
quando se viu visto por essa viva atração
involuntária pode-se dizer que se passa algo

é o prazer dos olhos que prende tanto
quanto o prazer da boca e das pernas, mas continua
nas queixas dos humanos caducos que eles apaziguam,
nós reprimiremos a servidão servil

01 setembro 2019

ouanessa younsi


Je marchais sur mes mains. Mes pieds avaient été coupés durant la nuit. Par qui, nul ne le savait, et il n’y eut pas d’enquête : j’étais une fille orange avec un nom bizarre.

Je ne m’étais pas éveillée à l’odeur du rouge, mais j’avais senti les tendons sur mon songe.

Au matin, je fus étonnée de ne plus trouver mes pieds. Je fouillai partout : sous le tapis du froid, dans le ventre de mon frère, derrière les masques du désir. Rien à faire : mes pieds étaient perdus.

L’interdit de mon père : ne pas les chercher.


Caminhava em cima das minhas mãos. Os meus pés tinham sido cortados durante a noite. Por quem ninguém sabia e não houve investigação : eu era uma rapariga laranja com um nome bizarro.

Não tinha acordado com cheiro a vermelho, mas tinha sentido os tendões no meu sonho.

De manhã fiquei espavorida por não encontrar os meus pés. Procurei por todo o lado : debaixo do tapete do frio, no ventre do meu irmão, por detrás das máscaras do prazer. Nada a fazer : os meus pés estavam perdidos.

O interdito do meu pai : nunca os procurar.


29 agosto 2019

valeria guzmán


Puede haber dos mujeres
cuyas vidas se entrelazan por un hombre.

Puede que en las charlas de café
muchas mujeres platiquemos a menudo
sobre cuánto nos gustaría matarnos.

Pero otras veces llega una mañana en que el frío
es insoportable y el gas escapa sin retorno.

Tus hijos pueden quedarse ahí sentados
a medio desayuno
con la amarga herencia del suicidio.

Puede que además la que fue amante de tu marido
y besa a tus pequeños antes de dormir
una mañana tome a su propia hija en brazos
abra la llave del gas y te vaya a hacer compañía.
Y ya unidas por el invierno perenne
puedan por fin encontrar los desaciertos.

Sucede raramente pero sucede:
A veces la muerte se replica.


Pode haver duas mulheres
cujas vidas se entrelaçam por um homem.

Pode acontecer que nas conversas de café
muitas mulheres falem frequentemente
sobre o quanto gostariam de se matar.

Mas outras vezes vem uma manhã em que o frio
é insuportável e o gás escapa sem retorno.

Os teus filhos podem ficar aí sentados
a meio do pequeno-almoço
com a amarga herança do suicídio.

Pode ser que também aquela que foi amante do teu marido
e beija as tuas crianças antes da dormida
uma manhã pegue nos braços a sua própria filha
abra a boca do gás e te vá fazer companhia.
E unidas já pelo inverno perene
possam por fim descobrir as falhas.

Acontece raramente mas acontece:
Às vezes a morte replica-se.


26 agosto 2019

amanda durán


Mi madre y mi padre no se conocieron

Ella traga sus testículos en un vaso de agua
o sangre.

Rememora,
viejos tiempos de mierda.

Rotunda, como un funeral:
el ultimo hijo que le arrancaron
le da un beso en la espalda.


A minha mãe e o meu pai não se conheceram

Ela absorve os seus testículos num copo de água
ou sangue.

Rememora,
velhos tempos de merda.

Rotunda, como um funeral:
ao último filho que lhe arrancaram
dá-lhe um beijo nas costas.

23 agosto 2019

sarah gridley


Show her bottom’s blush in the scalding bath.
Show a stout cloud

of rose talc
where she dries to fragrant abstraction.

Show us up to our waist in grass and water,
rushes carding the clouds apart

on the glass-looking black of water.
She has woven us in descriptionless dark

lifting philter, charm, and poisonous light.
Nakedness is only

being itself: an uncarved block
turned on its side,

a first
and last bad habit.


Põe à vista as suas nádegas avermelhadas pelo duche a ferver.
Mostra uma nuvem vigorosa

de talco rosa
onde ela se enxagua em fragrante abstração.

Performa-se até à cintura em água e erva,
juncos arrumando as nuvens

no negro da água como um espelho,
Ela enlaçou-nos em indescritível escuridão

revogando a poção, a luz venenosa.
A nudez só

atua como si mesma: um bloco sem talha
virado sobre si mesmo,

um primeiro
e último mau hábito.


20 agosto 2019

mariela malhue


Hay cosas que tardan en volverse fáciles
el tiempo de establecer un límite ante el agobio
enaltecer la orfandad ante la certeza
tomar el nombre propio como título de una estructura
La designación de orden siempre espera un repertorio para oponerse
¿acaso la práctica del vocablo intemperie
va a cooperar con la aparición de un vigor en la sangre?
Insistimos en la generación de nuevas vías
pero repetimos el tropiezo
No puedo retener el aire mucho tiempo
cuando la pendiente acentúa su hastío


Há coisas que demoram a tornarem-se fáceis
o tempo de estabelecer um limite frente à agonia
enaltecer a orfandade no enfronte com a certeza
invocar o nome próprio como título de uma estrutura
A designação de ordem espera sempre um reportório para se opor
Alguma vez a prática do vocábulo intempérie
cooperará com a aparição de um vigor no sangue?
Insistimos na geração de novas vias
mas repetimos o tropeço
Não consigo reter o ar muito tempo
quando a descida acentua seu cansaço

17 agosto 2019

mariana komiseroff



Entro en la casa, detrás de mí, la Ely y última mi vieja puteando porque no apagamos la luz de adelante. Dejo la campera en una silla y me meto rápido en el cuarto. Sé lo que se viene. Aunque cierro la puerta la escucho.
me van a matar, ustedes me van a matar, yo no sé qué mierda van a hacer con sus vidas, pero a mí me va a dar algo, si no me matan ahora, laputamadrequelasparió, no me matan más, al final, doña María tiene razón, todo esto es un payé
La Ely se lo dijo, habló de más. La estúpida se mete donde no se tiene que meter y ahora está muda. Ella no tiene nada que ver en esto, pero mi vieja hoy, cuando nos dijo que iba a solucionar todo, no le dio la opción de quedarse en casa. Mi hermana y yo somos muy distintas, pero para mi vieja somos la misma cosa. La llevó para que aprenda. Quiero fumar. Como una boluda dejé los cigarrillos en el bolsillo de la campera y prefiero no salir del cuarto. Busco en el roperito algún paquete escondido, se me viene el quilombo de la ropa encima. No logro evitar que caiga todo al suelo. No aparece ni un pucho.
No hizo falta que le dijéramos al médico por qué estábamos ahí. Nos miró con la seguridad del que nunca va a estar sentado de nuestro lado del escritorio. Ser hombre le da ese privilegio.
—Ustedes ya saben que lo hago porque las conozco– dijo, aunque era la primera vez que la Ely y yo lo veíamos en nuestras vidas.
Estoy casi segura de que mi vieja tampoco lo conoce. Anoche, después de enterarse pidió recomendación en el geriátrico diciendo que el problema lo tenía la hija de la vecina.
—Lo vamos a hacer cuando reúnan el dinero. Es un procedimiento rápido, sin complicaciones. Traten de que no pasen más de dos semanas.
Mi vieja, que ahora no para de gritar, con el tipo enfrente estaba muda. La ropa tirada en el piso me parece una tragedia.
La Ely entra en el cuarto con un cigarrillo prendido y me lo alcanza. Se lo agarro. Pendeja por qué no te encargás de averiguar de dónde saliste en vez de meterte en mi vida, pienso. No le voy a hablar, voy a seguir guardando la ropa en este armario de mierda. Cuando logro hacer un bollo, se vuelve a caer todo. La Ely levanta una remera y se la prueba.
—¿Por qué nunca te ponés estas cosas? Me queda enorme –dice mirándose al espejo. Se la saca–. Probatelá.
A mí me queda bien, no sé por qué no la uso. La Ely revuelve entre la ropa del piso y elije un jean.
—Con éste te va a quedar re piola.
de qué se van a ocupar, si no saben nada ustedes, nada de la vida, de todo me tengo que ocupar yo
Cuando el tipo se dirigió a mí sola por primera vez, me preguntó la fecha de mi última menstruación. La estúpida de la Ely, que ahora espera para ver cómo me queda el jean, no me miraba. Como si tuviera miedo de contagiarse. Mi vieja y el médico me clavaban la pregunta con los ojos. Quise tragar saliva. Moví los dedos como si estuviera contando, no tenía idea ni la más puta idea.
—No sé –dije.
Todos seguimos en silencio. Traté de relacionar: imaginé las toallitas en el bolsillo, en la cartera, en el baño, pero no las pude unir a ninguna fecha. Nada. Él por fin dijo:
—Pensá un poquito, es un dato fundamental.
Otra vez me miré los dedos y conté por contar. La boca y la memoria seca.
—Pobrecita. Si no saben ni la fecha de su última menstruación, cómo no van a quedar embarazadas. –El médico me señaló la camilla sonriendo. –Es una pena que no se acuerden porque eso facilitaría muchísimo las cosas.
Tuve ganas de decirle que no hablara de mi hermana y de mí como si fuéramos la misma persona y como si no estuviéramos. También me hubiera gustado decirle que es un dato que él nunca, en su puta vida de macho, tendrá que recordar y que gracias a las pelotudas que no recordamos la fecha, su negocio tiene clientas en la sala de espera. Seguí en silencio, preferí que mantuviera esa sonrisita falsa.
—El dieciocho del mes pasado –dijo la Ely.
El médico me preguntó si era cierto y me ordenó que me acostara en la camilla con el pantalón desprendido, tan desprendido como este jean en el que trato de meterme y no me entra ni en pedo. Ecografía. Ninguna de las tres miramos la pantalla.
—Sí, la fecha coincide. Pero habría que hacerlo lo antes posible.
Me miro en el espejo. Todo el orto afuera del jean. Mi hermana se acerca y empuja desde la cintura del pantalón hacia arriba.
—Hundí la panza y no respirés –dice mientras hace fuerza.
El médico tiró un precio, no sé si alto o bajo, igual no llegamos. Mi vieja, muda. Las tres, mudas. El médico entendió que no teníamos un peso.
—Quédese tranquila que la consulta no se la cobro.
Mi vieja no le respondió y eso me dio mucho miedo, más miedo que la mano del médico extendida para saludarnos.
con qué cara voy al trabajo a hablar de este asunto, pero, claro, dónde van a conseguir a alguien que las ayude si la única que frega como una burra soy yo, ni las luces de afuera apagan, igual que la Verónica van a terminar
Largo de golpe el aire que vengo conteniendo para que el pantalón abroche. La Ely y yo nos miramos. Ella deja de forcejear conmigo y con la ropa.
—¿Cómo terminó la Verónica? –me pregunta.
—No sé.
—¿Qué mierda quiere decir con eso?
—No sé, nena, ahora tengo que pensar cómo voy a hacer para conseguir la guita y para aguantar dos semanas con esto.
—Seguí pensando, Jesi. Si no fuera por mí, todavía ni te pones pilla de que estás preñada –la Ely sale de la habitación y le grita a mi vieja.
—¿Cómo terminó la Verónica?
estas chicas andan todo el día en la calle, una se rompe el alma para darles lo mejor y así es como le pagan, que tengan cerraditas las piernas, es lo único que se les pide y no lo hacen
La Ely da un portazo en el baño. Me tiro en la cama y sigo tratando que el cierre suba. No hay caso, revoleo el pantalón a la pila de ropa en el suelo y me quedo acostada en bombacha. Al rato, mi hermana vuelve.
—La Loreta nos puede dar una mano.
—No, olvidate, no voy a dejar que esa vieja sucia me toque. Ya me voy a arreglar.
—Claro, si vos te las sabés todas. Tomatelás, Jesi -hace una pausa y revuelve la pila de trapos en el piso–. Si el jean no te entra, me lo quedo.

—Sí que me entra, estúpida. Dejá eso ahí.


Entro na casa, atrás de mim, a Ely e por último a minha velhota vociferando por não apagarmos a luz da frente. Deixo o blusão numa cadeira e enfio-me rapidamente no quarto. Sei o que está para vir. Mesmo fechando a porta, oiço-a.
Ides matar-me, vocês vão matar-me, não sei que caralho ides fazer com as vossas vidas, mas vai-me dar alguma coisa, se não me matarem agora, putaquevospariu, já não me matam, ao fim e ao cabo a senhora Maria tem razão, tudo isto é um payé
A Ely disse-lhe, falou de mais. A estúpida mete-se onde não deve e agora está muda. Ela não tem nada a ver com isto, mas a minha velhota hoje, quando nos disse que ia resolver tudo, não lhe deu hipótese de ficar em casa. A minha irmã e eu somos muito diferentes, mas para a minha velhota somos a mesma coisa. Levou-a para que ela aprendesse. Quero fumar. Feita pateta deixei os cigarros no bolso do blusão e prefiro não sair do quarto. Procura na cómoda algum maço escondido, desaba em cima de mim a prateleira da roupa. Não consigo evitar que caia tudo ao chão. Nem uma beata aparece.
Não houve necessidade de dizer ao médico porque é que estávamos ali. Olhou-nos com a segurança de quem nunca se sentará no nosso lado do consultório. Ser homem dá-lhe esse privilégio.
- Vocês já sabem o que faço porque vos conheço – disse, embora fosse a primeira vez que Ely e eu o víamos nas nossas vidas.
Tenho quase a certeza que a minha velhota também não o conhece. Ontem à noite, depois de saber, pediu conselhos ao geriatra dizendo que o problema era da filha da vizinha.
- Fá-lo-emos quando juntem o dinheiro. É um processo rápido, sem complicações. Façam por não exceder as duas semanas.
A minha velhota, que agora não pára de gritar, com o tipo em frente estava muda. A roupa espalhada pelo andar parece-me uma tragédia.
Ely entra no quarto com um cigarro aceso e estende-mo. Agarro-o. Pirralha, porque não pensas em averiguar de onde saíste em vez de te meteres na minha vida, penso. Não vou falar com ela, vou continuar a guardar a roupa neste armário de merda. Quando consigo fazer um bolinho, volta a cair tudo. Ely tira uma camisola e experimenta-a.
- Porque nunca pões estas coisas? Fica-me enorme – diz olhando-se ao espelho. Tira-a - Experimenta-a.
A mim fica-me bem, não sei porque não a visto. Ely revolve a roupa do apartamento e escolhe uns jeans.
- Com estes fica-te muito fixe.
do que se vão ocupar, se vocês não sabem nada, nada da vida, tenho eu de me ocupar de tudo
Quando o tipo de dirigiu a mim sozinha pela primeira vez, perguntou-me a data da minha última menstruação. A burra da Ely, que agora está a ver como me assentam os jeans, não olhava para mim. Como se tivesse medo de ficar contagiada. A minha velhota e o médico cravavam-me a pergunta com os olhos. Quis tragar a saliva. Movimentei os dedos como se estivesse a contar, não tinha ideia nem a mais pequena ideia.
- Não sei – disse
Todos continuamos em silêncio. Pus-me a relacionar : imaginei os lenços no bolso, na carteira, na casa de banho mas não os conseguir ligar a nenhuma data. Nada. Por fim ele disse:
- Pensa um pouco, é um dado fundamental
De novo olhei para os meus dedos e contei por contar. A boca e a memória seca.
- Pobrezinha. Se não sabem nem a data da última menstruação, como podem escapar a ficar grávidas?
O médico indicou-me a marquesa, sorrindo. - É uma pena que não se lembro porque isso facilitaria muitíssimo as coisas.
Tive vontade de lhe dizer que não falasse da minha irmã e de mim como se fossemos a mesma pessoa e como se não estivéssemos ali. Também gostaria de lhe ter dito que é um dado que ele, no caralho da sua vida de macho, nunca terá de se lembrar e que graças às idiotas que não de lembram da data, o seu negócio tem as clientes na sala de espera. Continuei em silêncio, preferi que ele mantivesse tal falso sorriso.
- Em dezoito do mês passado – disse Ely
O médico perguntou-me se era verdade e ordenou-me que me deitasse na marquesa com as calças abertas, tão abertas como estes jeans onde me meto e onde nem peido me entra. Ecografia. Nenhuma das três olha para o ecrã.
- Sim, a data coincide. Mas temos que o fazer o mais rápido possível.
Olho-me ao espelho. O rabo todo fora dos jeans. A minha irmã aproxima-se e empurra de cintura das calças para cima.
- Encolhe a barriga e não respires – diz enquanto faz força
O médico lançou um preço, não sei se alto ou baixo, não podemos. A minha velhota, muda. As três, mudas. O médico compreendeu que não tínhamos um cêntimo.
- Esteja tranquila que não tem que pagar a consulta.
A minha velhota respondeu e isso fez-me muito medo, mais medo que a mão do médico estendida para nos cumprimentar.
com que cara vou para o trabalho falar deste assunto, mas, claro, onde irão conseguir alguém que as ajude se a única que esfrega como uma burra sou eu, nem as luzes de fora apagam, tal como a Verónica vão acabar
Largo de repente o ar que tenho estado a conter para que as calças apertem. Ely e eu olhamo-nos. Ela deixa de espingardar comigo e com a roupa.
- Como acabou a Verónica? - pergunta-me
- Não sei.
- Que caralho queres dizer com isso?
- Não sei, miúda, agora tenho de pensar como vou fazer para conseguir a guita e aguentar duas semanas com isto
- Continua a pensar, Jesi. Se não fosse eu nem sequer estavas ciente de estares grávida – Ely sai do quarto e grita com a minha velhota.
- Como acabou a Verónica?
estas miúdas andam todo o dia na rua, há quem destroce a alma para lhes dar o melhor e é assim que é paga, que tenham as pernas fechadinhas é a única coisa que se lhes pede e elas não o fazem.
Ely fecha com estrondo a porta da casa de banho. Atiro-me para a cama e continuo a tentar que o fecho suba. Não há caso, revolvo as calças na pilha de roupa no chão e fico deitada em cuecas. Mais tarde a minha irmã regressa.
- A Loreta pode dar uma mão.
- Não, esquece, não vou deixar que essa velha suja me toque. Já me vou arrumar.
- Claro, tens tudo controlado. Pega, Jesi – faz uma pausa e revolve a pilha de trapos no andar. Se os jeans não te servem, eu fico.
- Servem sim, estúpida. Deixa isso aí.

14 agosto 2019

melisa papillo


El viaje de la tortuga

Parece el ruido de un ciclón y es sólo un poco de viento
estrellándose contra el vidrio.
Salió el sol en Buenos Aires después de varias semanas de lluvia
y hay algo más que luz en los rayos que se filtran
por las hojas de los árboles.
Una fotosíntesis de otro orden
que intenta procesar en mí
Cruzo la plaza y entro al café. Mi recreo semanal
-bebé duerme en nuestra cama-.
Alimentarse, crecer, desarrolarse.
Me oriento hacia la luz, creo estar absorbiendo algo.
Levanto la vista del libro y en la mesa de adelante
está el viejo de la otra cuadra. Deja sus muletas sobre la pared
y lo miro, poco disimulada. Lee el diario.
Se vistió de camisa para salir al bar.
Tan enjuto repasa las noticias
como mira a través de las rejas de su porche.
Lo incomodo: cambia de postura.
Se yergue, retoca el cuello de su camisa y ahora
lee asintiendo con toda la cabeza. ¿Estamos hablando?
Después toma las muletas y se va
con toda su joroba caparazón. Un esfuerzo por un café,
por hacer la fotosíntesis.
No soy la única planta en mi especie.
La mesera cambia de canal.
Ahora un partido de fútbol sintoniza la mañana.


A viagem da tartaruga

Parece o barulho de um ciclone, mais não é que um pouco de vento
espatifando-se contra o janelame.
Em Buenos Aires, o sol despontou após semanas de chuva
e há mais para além da chuva nos raios filtrados
pelas folhas das árvores.
Uma fotossíntese de outra dimensão
que em mim se tenta metabolizar.
Atravesso a praça e entro no café. O meu recreio semanal.
- o bebé dorme na nossa cama -
Ser alimentado, crescer, desenvolver-se.
Oriento-me para a luz, julgo estar a absorver qualquer coisa.
Levanto a vista do livro e na mesa em frente
está o velho do outro quarteirão. Deixa as muletas encostadas à parede
Olho para ele sem grande dissimulação. Lê o jornal.
Pôs uma camisa para ir ao bar.
Assim enxuto diagonaliza as notícias
tal como olha através das grades do seu porsche.
Estou a incomodá-lo : muda de posição.
Levanta-se, compõe o colarinho da camisa e agora
lê acenando com a cabeça. Estaremos a falar?
Depois pega nas muleta e vai-se embora
com toda a sua corcunda carapaça. Um esforço por um café
para fazer a fotossíntese
Não sou a única planta da minha espécie.
A empregada de mesa muda de canal
Agora um jogo de futebol sintoniza a manhã.


11 agosto 2019

azahara palomeque


Me hago de avispas
muerdo a los pájaros y sus almenas abalanzan el sol
mientras caigo de nuevo.
Ícaro vuelve a trabajar en la mina. Suda
por sus hijas
llenas de puentes vacíos, no hay quien
en este cielo espere una gota de más
que sea futuro.
Me he hecho de alas que, en los basureros,
encontraron disfraces para las mordeduras,
insectos clavados en los aludes,
anocheceres rápidos,
viejas mañanas donde elegir
entre lo yermo y lo negro de mi cuerpo.
Si pudiera arrepentirme.
Si pudiera escoger
de nuevo el animal, sería ambulancia.

Torno-me vespa
mordo os pássaros e as suas ameias aproveitam o sol
enquanto caio de novo.
Ícaro volta a trabalhar na mina. Sua
pelas suas filhas
cheias de pontes vazias, não há quem
neste céu espere uma gota a mais
que seja futuro.
Fiz-me com asas que, nas lixeiras,
encontraram disfarces para as mordidas,
insetos cravados nas avalanches,
anoiteceres rápidos
velhas manhãs onde optar
entre o ermo e o negro do meu corpo.
Se pudesse arrepender-me.
Se pudesse escolher
de novo o animal, seria ambulância.



08 agosto 2019

olivia milberg


Acá se le pone nombre a las cosas. A los ranchos, las barcas, los caminos. Incluso a algunas rocas, La roca del Muerto, El Culo Limpio, La Ballena.

Le pregunto a Elsa cómo se llama la oveja y me mira con cara de nada.

-¿lo qué? ¿la oveja? Oveja, nomás.

Todos los días le doy la mamadera.


Por aqui põe-se nome às coisas. Aos ranchos, aos barcos, aos caminhos. Inclusivamente a algumas rochas : A rocha do Morto, O Cu Limpo, A Baleia.

Pergunto a Elsa como se chama a ovelha e ela olha-me com cara de caso

- o quê? A ovelha? Ovelha, apenas.

Todos os dias lhe dou o biberão




05 agosto 2019

geraldine mac burney jones



El mundo duerme hasta su cicatriz,
duerme, el mundo duerme,
para no saber de qué turbulencias
está hecha su carne.

Pero el reverso de los ojos no miente.
Porque herida sobre herida es ardor.

O mundo dorme até à sua cicatriz,
dorme, o mundo dorme,
para não saber de que turbulências
se faz a sua carne.

Mas a tradução dos olhos não mente.
Porque ferida sobre ferida é ardor.


III.

Delicioso pájaro azul:

come mi vestido.


Dentro no habrá tiempo.


XI.

Hay algo de luz en esta barca.

¿Dónde veré la luna?

¿Cómo cantaré bajo la tierra?

¿Quién comerá de este cuerpo?


Habrá algo de luz

y será la nieve.



III.

Delicioso pássaro azul:

come o meu vestido.


Dentro sem tempo.


XI.

Há pachos de luz nesta barca.

Onde ver a lua?

Como cantar debaixo da terra?

Quem comerá este corpo?


Haverá pachos de luz

serão neve.



02 agosto 2019

cécile coulon


Des poumons supplémentaires

Ces manques que nous portons en nous
Comme des poumons supplémentaires
Des branchies allumées
Mille ramures d’acier et de chair
Sinon, comment pourrait-il respirer
Le désir qu’on enfouit sous nos terres ?
Dans ton corps il a creusé deux trous
Qu’il a remplis de larmes et de lumière
Ces brèches aux couleurs ambulantes
Par où nous devinons les manques
Ces manques que nous portons en nous
Comme des poumons supplémentaires
Sens-tu cette âme qui suffoque dans les couloirs du sang
Les rochers de la gloire où l’amour se fracasse ?
Tu es ton adversaire
Le monde n’a plus besoin d’innocents
Le monde veut des passions
Un jour nous dormirons dans sa carcasse
Sous des cieux abîmés que secoue
Un dieu qui n’en a rien à faire
De ces manques que nous portons en nous
Comme des poumons supplémentaires
Si tu me cherches encore sache que je suis dans ta vie
Je ne quitte pas tes ornières
Je n’ai pas su ronger
La laisse que tu m’as mise au cou
Ces deux trous dans ton visage ils se ferment la nuit
Je n’ai plus besoin de voir derrière
Pour savoir ces manques que nous portons en nous
Comme des poumons supplémentaires.

Pulmões suplementares

Essas ausências que trazemos em nós
Como pulmões suplementares
Guelras acesas
Mil armações de aço e carne
Senão, como se poderia respirar
O desejo de nos enterrarmos nas nossas terras?
Em seu corpo ele cavou dois buracos
Que preencheu com lágrimas e luz
Essas fendas com cores ambulantes
Através da quais adivinhamos as ausências
As ausências que trazemos em nós
Como pulmões suplementares
Por que nós achamos as faltas
Sentes essa alma que sufoca nos corredores do sangue
Os rochedos da glória onde o amor se estilhaça?
Tu és o teu adversário
O mundo já não precisa de inocentes
O mundo quer paixões
Um dia dormiremos na sua carcaça
Debaixo de céus esburacados
Sob os céus arruinados, agitados por
Um deus que não se importa
Com as ausências que trazemos em nós
Como pulmões suplementares
Se ainda me procurares que saibas que estou na tua vida
Não abandono os teus sulcos
Eu não soube roer
A coleira que me puseste no pescoço
Essas duas fendas no teu rosto fecham-se à noite
Já não preciso de olhar para trás
Para saber destas ausências que trazemos em nós
Como pulmões suplementares


30 julho 2019

victoria ramírez mansilla


Parentesco

a esta edad me preguntan
si deseo tener hijos
temo pensar que nadie sabe
cómo ser un buen pariente

sueño a veces con un niño sofocado
lo he olvidado en una camioneta
cuarenta grados y las puertas son ladrillos

otras veces es un trozo de carne
que deshielo paciente bajo el agua

en mis sueños no puede decir sí
al pasar los días nuestra afinidad crece
y cada noche devuelvo la habilidad
de escurrir agua por los ojos.

Parentesco

com esta idade perguntam-me
se quero ter filhos
receio pensar que ninguém sabe
como ser um bom parente

sonho às vezes com uma criança sufocada
esqueci-a numa camioneta
quarenta graus e as portas são tijolos

outras vezes é um pedaço de carne
que descongelo na água

nos meus sonhos não pode dizer sim
com o passar dos dias a nossa afinidade cresce
e todas as noites devolvo a habilidade
de escorrer água pelos olhos.


27 julho 2019

laura fuksman


Todo comenzó en la oscuridad
la estrepitosa caída del imán
y las astillas que quedaron sobre la baldosa de la cocina.
Lo que siguió a tu rugido
fue ejercicio de buenos modales:
acariciar la gata
ofrecerme un té.

Subterráneo, el temblor
suave no cesó hasta despertar
al demonio que habita en los arenales.

Tudo começou no escuro
a estrondosa queda do imã
e as lascas deixadas nos ladrilhos da cozinha.
O que se seguiu ao teu rugido
foi exercício de boas maneiras:
afagar a gata
oferecer-me um chá.

Subterrâneo, o tremor
suave não cessou até acordar
o demónio que vive nos areais.


24 julho 2019

paula ilabaca


Estoy pensando en irme corriendo. Arriba hay un cerro gigante arriba de mi arma mi plaza mi querida amada bandera. Voy pasando lejos. Las líneas eran tres. Voy pasando escucho los pasos de todos esos horrores. Voy pasando y me digo. Está bueno. Voy pasando y me digo. Las líneas son tres. Las líneas dirán vas a vivir. Las líneas son tres. Las líneas dicen vas a vivir.


Estou a pensar sair a correr. Em cima está um cerro gigante em cima da minha arma a minha praça a minha querida amada bandeira. Passo ao longe. As linhas eram três. Passo oiço os passos de todos esses horrores. Passo e digo-me. Está bom. Passo e digo-me. As linhas são três. As linhas dirão vais viver. As linhas são três. As linhas dizem vais viver.