15 janeiro 2022

celia carrasco gil

 

Este sol de la infancia


Como un limón bruñido

o coágulo de albor en los mimbres del mundo

amamanta a la luciérnaga su tumba de resina.

Juegas al escondite debajo del patíbulo

y desde allí haces al ahorcado ser pendiente,

tesoro faraónico que cuelga del ajuar,

joyel momificado del instante en tu lumbre

detenida.

El cuento

atrás

se pausa.

Y la voz es relámpago de exequias.

Pavesa interrogante que ha iniciado su búsqueda

y diluye en la noche

un llanto de pabilo incandescente,

un perfume de luz anegado por la cera que lo acuna,

el sonido de emergencia de una gota tullida.

El día que se incendia en su apogeo último

y que anuncia en la cuenta de la vida

una amable tragedia o el golpe de dulzura

que nos brinda la cidra si se pudre.



Este sol da infância


Como um limão brunido

ou coágulo de alba nos vimes do mundo 

amamenta o pirilampo em sua tumba de resina.

Brincas às escondidas debaixo do patíbulo

e daí fazes o enforcado ser pendente,

tesouro faraónico pendurado no enxoval,

joia mumificada do instante em tua luz

detida.

O conto

lá atrás

pausa.

E a voz é relâmpago de exéquias.

Faísca interrogante que iniciou a sua procura

e dilui na noite

um pranto de pavio incandescente,

um perfume de luz encharcado pela cera que o embala,

o som de emergência de uma gota tolhida.

O dia em que se incendeia no seu apogeu último

e que anuncia na conta da vida

uma amável tragédia ou o golpe de doçura

que nos dá a cidra se apodrecer.