12 dezembro 2019

carla chinski




Mi madre no está muerta pero
su muerte me lleva
a un estado poético,
como si tuviera
espadas en vez de brazos
con los que luchar por ella.
Estoy maravillada
por el espectáculo de su cuerpo.
Me hace entrar en un ensueño:
estoy atenta a todas las cosas,
cada acción parece encadenarse
a la siguiente con la paciencia
de la línea en un verso nuevo.
Tengo la tentación
de verla con otros ojos,
no son los de una hija
sino de aquel que ama,
completamente desolados
y a la vez innecesarios.
Me asombro
por lo que puede hacer,
sabiendo que ella
florecida de vendas,
pronto acabará.
Caerán las bombas
sobre su bosque
construido de familia.
Mi compasión por ella
está atada a la sangre,
y eso es demasiado poco.
Pero si me acerco
puedo oír que a través suyo
murmura la muerte
en su propio estado poético:
solo entonces
escribiremos juntas.


A minha mãe não está morta mas
a sua morte leva-me
a um estado poético,
como se tivesse
espadas em vez de braços
para lutar por ela.
Estou maravilhada
com o espetáculo do seu corpo.
Faz-me entrar num sonho:
estou atenta a todas as coisas,
toda a ação parece encadear-se
à seguinte com a paciência
da linha num verso novo.
Tenho a tentação
de a ver com outros olhos
não são os de uma filha
antes de quem ama
completamente desolados
e ao mesmo tempo desnecessários.
Surpreendo-me
com o que pode fazer,
sabendo que ela
desabrochada de vendas,
rapidamente acabará.
Cairão as bombas
sobre o seu bosque
construído por família.
A minha compaixão por ela
está engajada ao sangue
e isso é demasiado pouco.
Mas se me aproximar
consigo ouvir que através de si
murmura a morte
no seu próprio estado poético:
só nessa altura
escreveremos juntas.