El
cubículo de aire que nos alimenta, nos encierra.
A mi
madre le causa gracia la repetición, la desgracia, los accidentes
uno atrás del otro; a mí me causa gracia el segundo plano, lo que
sucede por detrás de lo principal, los muñecos.
Mirlos,
halcones, águilas –alguien decía que sería pájaro– cartílagos
alineados planeando sobre los sembradíos; yo solo puedo hacer lo que
siempre hace mi familia: huir, atragantarse y acumular salpicaduras
de fango en el ruedo deshabillado de enaguas rasadas. Desgracias de
mujer que insatisfecha busca y no puede elevarse.
No
podrás caminar fuera de tus pasos, fuera del pasto.
Hay
en una habitación, en una sala, tal vez una chimenea romántica,
leños y mantis de fuego, tal vez renacentista o decadente, digo un
estar en un cuarto de juegos; una casa aparece si encendemos uno de
esos veladores que giran con imágenes de luz, veríamos en la pared
figuritas del mundo que aún no hemos visitado.
Fecha-nos o cubículo de ar que nos alimenta.
A minha mãe acha piada à repetição, à desgraça, aos
incidentes uns atrás dos outros ; eu interesso-me pelo segundo
plano, o que acontece por trás do principal, os bonecos :
Melros, falcões, águias – alguém dizia que era pássaro -
cartilagens alinhadas planando sobre as plantações; só consigo
fazer o que a minha família faz sempre: fugir, engasgar-se e
acumular esguichos de lama na arena despida de roupas niveladas.
Desgraças de mulher que insatisfeita procura e não consegue
elevar-se.
Não conseguirás caminhar fora dos teus passos, fora do pasto.
Há num quarto, numa sala, talvez uma chaminé romântica, lenha e
louva-a-deus de fogo, talvez renascentista ou decadente, digo um
estar em salão de jogos; uma casa aparece se acendermos um desses
zeladores que rodam com imagens de luz, veríamos na parede
figurinhas do mundo que ainda não visitámos.