03 dezembro 2013

rocío cerón

Sitio de partida

Lo más profundo que hay en el hombre es la piel.
Paul Valéry


Debajo de la piel hay un fracaso.

El alveolo no atempera el miedo,
el ramaje exacto va, viene,
trayendo la oquedad del aire

(esta sangre, despoblada de hábitos, sólo conoce el eco de una letra:
 M que madura en las vértebras, castañea menuda, y mártir es en este navegar
 de muecas que el olvido no procura)

Debajo de esta dermis la brasa aclara el engaño de estar vivo

 (brasa como filo, filo de cierta era, era que guarda lo insondable)

aquí —líquido que guarece la llama,
aire que entona un gemido tácito y palpable—
se esconde el humor de la infancia,
 la lentitud del invierno,
la cosecha muerta de una frase.


Sítio de partida

O mais profundo que há no homem é a pele.
Paul Valéry

Debaixo da pele está um fracasso.

O alvéolo não tempera o medo,
a ramagem exacta vai, vem,
trazendo o vazio do ar

(este sangue, despovoado de hábitos, só conhece o eco de uma letra:
M que amadurece nas vértebras, entre-choque pequeno, e mártir neste navegar
de caretas que o esquecimento não procura)

Debaixo desta derme a brasa aclara o engano de estar vivo,

 (brasa como fio, fio de certa era, era que guarda o insondável)

aqui —líquido que protege a chama,
ar que entoa um gemido tácito e palpável—
esconde-se o humor da infância,
 a lentidão do inverno,
a colheita morta de uma frase.